El ejercicio de la resistencia a través de las artes escénicas en los barrios, en las calles de los territorios periféricos de la ciudad ha sido fundamental para resignificar los espacios que han sido golpeados por la violencia, para retomar los lugares que el paramilitarismo ha pretendido prohibir y que son a la vez, los micro territorios donde las juventudes se juntan para pensar el territorio, apropiarlo y hacerlo suyo. Las experiencias del Colectivo Teatral Luz de Luna, Hatuey, el Colectivo Épsilon, entre otros, son testimonios de resistencia que siguen vigentes habitando el territorio desde las artes. Las noches sin miedo han sido uno de los recursos más importantes que han utilizado las organizaciones populares para manifestar su rechazo a los asesinatos selectivos que han llamado «limpieza social», a través de tomas culturales del espacio público, en horarios donde el paramilitarismo a prohibido habitar la calle. Leonardo Gómez fue un joven pintor y líder estudiantil de secundaria, tenía 19 años y desde los 16 años sufrió una persecución constante. La casa de su familia fue allanada y a él se lo llevaron el 14 de noviembre de 1983, uno de los primeros casos documentados donde se desaparece forzadamente a una persona, por ejercer la labor de búsqueda de desaparecidos. Artífice de la creación de Asfaddes y en su nombre, El Colectivo Teatral Luz de Luna fundó una casa cultural donde desarrollan procesos culturales desde las artes escénicas y la memoria.